Desde 1955…
Derrocado el General, el país se interna en una serie de gobiernos democráticos con poca institucionalidad. La proscripción del peronismo en cada una de las elecciones desequilibrará toda posibilidad de normalización. Finalmente, y auspiciado por los órganos de inteligencia del estado norteamericano, el ejército decidirá tomar las riendas del gobierno en la dictadura autollamada “Revolución Argentina”.
Juan Carlos Onganía se pone a la cabeza de un proceso militar que, inspirado en la España franquista, intentará privar al pueblo argentino de su natural inclinación justicialista. Pero toda esa farsa terminará de detonar en el Cordobazo, y llevará a que su sucesor, Alejandro Agustín Lanusse, convoque a elecciones, en las que, después de 18 años regresaría la doctrina inspirada por Juan Domingo Perón a conducir los destinos de la patria.
Sin embargo, los atropellos del régimen militar y su negligencia política dejaron una bomba de tiempo para la democracia. La violencia armada empezará a ser moneda corriente. Tendencias de distinto caris, y con variada raigambre ideológica, asolarán la sociedad con titulares de muertos día tras día.